Editorial

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  • Revista Antagónica

Resumen

Diversos emergentes del mundo contemporáneo ponen a la cuestión ecológica, cada vez más, en el centro de las preocupaciones sociales. Desde la pandemia de COVID 19 hasta el calentamiento global, pasando por la minería no convencional o las formas de la agricultura y la ganadería industrializadas, las preocupaciones políticas del presente parecen dirimirse crecientemente en torno a la administración de los entornos materiales en los que se emplazan las sociedades. Asistimos a una paradoja del desarrollo capitalista: cuanto mayores son los despliegues técnicos motorizados por la acumulación y la modernización, más punzantes se manifiestan los efectos de retorno de la naturaleza sobre la sociedad. Cuanto más transforman sus entornos las sociedades, más agudo es el impacto ecológico de las formas de producción y vida. Esto hace de las problemáticas ambientales un renovado sitio de interrogación para las teorías críticas en sentido amplio, forzadas a lidiar cada vez más con las interacciones metabólicas complejas entre la sociedad y la naturaleza.
Este número especial de Antagónica presenta un conjunto de contribuciones que aprehenden críticamente, en diferentes planos problemáticos y conceptuales, las encrucijadas y nuevos dilemas que presenta la época. Es que la preocupación ecológica pone en entredicho algunos presupuestos fundantes de las ciencias sociales, que se constituyeron hace más de un siglo buscando campos de autonomía conceptual, tratando de evitar reduccionismos naturalistas de distintos tipos.
¿Es la sociedad una realidad autónoma que pueda conceptualizarse en sus propios términos? ¿O debemos leer los procesos sociales en su intersección compleja con la naturaleza? La excepcionalidad de lo social también se relaciona con una serie de discusiones éticas y políticas sobre los animales no humanos, que llevan a redebatir los límites de las formas de vida en común y las formas de coexistencia interespecies. Es así como la conceptualización de lo no-humano, sus vinculaciones con lo humano y la necesidad de descentramiento antropológico se extienden delimitando un campo de problematización y debate, al cual aportan dos de las contribuciones a este número especial.
En efecto, la relevancia de los agentes no-humanos en la configuración de la realidad humana es el nexo temático que reúne a las contribuciones de Diego Orihuela Núñez y María Gorjón. El primero, en una comparación entre las pandemias del HIV y COVID 19 hace del cuerpo - y más precisamente del cuerpo infectado con virus - el nodo desde donde anclar la reflexión sobre la interacción de lo humano y lo no-humano como materia de producción de hogar y comunidad (oikos) y como materia de disciplinamiento y subordinación biopolítica (discere). Las politicidades derivadas de una u otra narrativa tenderán a integrar a los agentes no-humanos en el entramado de la vida, o bien a reafirmar la unicidad del sujeto/cuerpo.
María Gorjón en tanto, repone estos debates, a la luz de la reflexión ontológica que, suprimiendo la asimetría sujeto/objeto en pos de una ontología plana, capaz de descentrar al sujeto humano y a su capacidad de conocer la realidad. En esta perspectiva enfoca la atención en la incorporación de agentes no-humanos contribuye, y demanda, una rearticulación de “la política” en estos tiempos de transformaciones y cambios vertiginosos.
En paralelo, las ciencias de la Tierra discuten hoy si el planeta entró en el Antropoceno, una era geológica marcada por masivas transformaciones atmosféricas y ambientales de origen antrópico. En las teorías críticas aparecen una serie de respuestas que se hacen eco de esta discusión, pero también ponen en duda algunos aspectos del concepto de Antropoceno. ¿Se trata de una coartada abstracta que responsabiliza colectivamente a la humanidad en general por el deterioro ambiental, desconociendo importantes diferenciales de poder en términos de clase, género y colonialidad entre seres humanos? ¿O es un punto de partida productivo para poner en crisis un modo de producción básicamente contrario a la sostenibilidad de la vida? En torno a preguntas de esta índole proliferan nuevas conceptualizaciones epocales, como Capitaloceno, Plantaciono y Chthuluceno, por mencionar solo las más conocidas.
A lo anterior se suman algunos desencuentros novedosos en las sensibilidades de izquierdas, en sentido amplio, contemporáneas. Hoy, la relación de las izquierdas con la modernidad y en particular con la tecnología dista de ser simple. La izquierda no es, ya, una fuerza “modernizante” que se piense acompasada con una supuesta corriente progresiva de la historia, como podía serlo hace un siglo. En cambio, el pensamiento de izquierdas actual parece debatirse entre imaginarios tecno-utópicos redivivos (aceleracionismo, “comunismo de lujo totalmente automatizado”, etc.), e imaginarios más reactivos a la modernidad y la tecnología como tales, que buscan en las formas comunitarias y la actividad económica local de bajo componente técnico, los rudimentos de una alternativa civilizatoria al capitalismo. Tal vez, sea tiempo de empezar a cuestionar algunas dicotomías unilaterales, para elaborar nociones más dialécticas (o, al menos, más ricas en matices) sobre los vínculos entre tecnología, medio ambiente y proyectos sociales de cambio.
Tres contribuciones de este número especial abonan a este campo problemático. De una parte, Sergio Chaparro Arenas interroga críticamente las articulaciones estratégicas y políticas resultantes de tres intersecciones entre marxismo y especismo. Aborda críticamente tres posiciones (especismo, anti-especismo y no-especismo), reponiendo para cada una las proyecciones estratégicas de la relación, el campo de alianzas posible que se abre a sus cultores y las tareas que se derivarían de una política socialista. En el mismo campo problemático, pero situado en el terreno del análisis del desarrollo capitalista, el texto de Andreas Malm aporta una mirada de conjunto sobre los vínculos entre matriz energética, ondas largas y los límites - cuando no directamente la inviabilidad - que presentan las propuestas políticas contemporáneas. La noción de capitalismo fósil subraya la tendencia al incremento del consumo de energías fósiles como la que sostuvo el desarrollo capitalista a través de diferentes ciclos - incluso como condición de posibilidad para la superación de las crisis. De allí los desafíos que impone esta problemática a cualquier estrategia política de izquierda. En un plano de mayor abstracción, el artículo de Facundo Martín, procura re-posicionar la teoría del valor como teoría crítica, capaz de dar cuenta de los mecanismos y procesos sociales e históricos propios del capitalismo mediante los cuales opera la exclusión de la naturaleza y de lo femenino en la creación de valor - y de allí su desvalorización como constitutivos de “lo social”. Apunta, entonces, a señalar esos mecanismos y procesos - antes que tareas o trabajos concretos - como el objeto de la acción emancipatoria.
Asimismo, en la propia tradición marxista se desarrolla un debate ecológico que reverbera con las discusiones más amplias en las teorías críticas actuales. Desde hace algo más de 20 años, una segunda generación de ecosocialistas, cuya figura más emblemática es John Bellamy Foster, ha puesto énfasis en el carácter profundamente ecológico del materialismo de Marx y Engels, leyéndolos a contrapelo tanto del “productivismo” soviético como de las preocupaciones más culturales dominantes en el marxismo occidental. Bellamy Foster desarrolla la teoría de la ruptura metabólica entre la sociedad y la naturaleza. El capitalismo, con su organización abstracta a la persecución de la ganancia, separaría las articulaciones básicas entre sociedad y naturaleza. El marxismo, heredero de los materialismos de Epicuro y Darwin, tendría una nueva e inesperada vigencia, no solo como teoría de la crisis económica sino también de la crisis ecológica.
Más recientemente, autorxs como Jason W. Moore (que ha difundido el concepto de capitaloceno) han acusado a la escuela de la ruptura metabólica de mantener un dualismo ecológicamente cuestionable entre sociedad y naturaleza. Moore propone, en cambio, hablar de saltos metabólicos en una teoría de la ecología-mundo. El debate entre las teorías de la ecología mundo y de la ruptura metabólica revisita un viejo tópico marxista (la dialéctica de sociedad y naturaleza), en el marco de nuevas discusiones en torno al materialismo y el posthumanismo. ¿Es preciso superar el binomio entre sociedad y naturaleza hacia una teoría básicamente monista que piense los manojos e híbridos entre ambas? ¿O, por el contrario, es preciso mantener la distinción (al menos analítica) entre ambos campos con sus peculiaridades?
El artículo de Jacopo Bergamo recoge estos interrogantes en una aproximación al estatus ontológico otorgado a ambos términos (naturaleza/sociedad) en el debate que atraviesan las corrientes de la ruptura metabólica y de la ecología mundo en el seno del eco-marxismo. En debate con la ontología híbrida o plana, Bergamo va a sostener el estatus diferenciado de ambos polos de la relación, subrayando la relevancia del trabajo humano como mediación dialéctica que hace posible una cierta autonomía de la sociedad y, entonces, la formulación de estrategias de intervención política.
Con todo, no siempre hay caminos simples que conecten los nuevos desarrollos teóricos en torno a la crisis ecológica, la ruptura metabólica generada por el capitalismo, o los nóveles planteos posthumanistas, y las militancias ambientales. Este desencuentro se vincula con el relegamiento del Sur global en algunas discusiones teóricas, que reproduce brechas epistémicas de larga data, donde las periferias parecen puestas a consumir novedades intelectuales producidas en el Norte global, antes que producir andamiajes conceptuales propios. Sin embargo, las renovadas preguntas que abonan en la producción teórica se producen en un campo de fuerzas fuertemente atravesado por diferentes procesos de conflictividad y luchas políticas que buscan poner el centro en el problema ecológico. En ese sentido, se renueva la importancia de repensar América Latina en clave de su forma histórica de inserción en el mercado mundial. Es así que la contribución de Fernando Romero y Sebastián Sarapuva interroga las relaciones entre naturaleza y sociedad a partir del caso de un gran emprendimiento minero chino en el Perú. Los autores articulan la perspectiva dependentista de Mauro Marini y las caracterizaciones sobre el momento hegemónico actual a escala mundial - la disputa Chino-Estadounidense - en un análisis que apunta a mostrar la relevancia que la cuestión ambiental toma en una dinámica de organización y resistencia obreras. En este sentido, tributan una perspectiva estratégica anclada en la construcción de poder en el centro de producción.
Finalmente, mientras cerramos esta edición, una gigantesca movilización popular en la provincia patagónica de Chubut obligó al gobierno provincial a derogar una ley que rezonificaba el territorio y habilitaba la explotación minera en la cuenca del principal río de la provincia. En esta movilización se condensa la gran vigencia de las resistencias populares al extractivismo. Si bien no hay contribuciones específicas sobre la temática en este número, no queremos dejar de mencionar la amplia tradición de investigaciones relacionadas con los procesos sociales de conflictividad ambiental. Que este número especial sirva, entonces, como jalón para futuros trabajos que intenten poner en relación los conflictos socio-ambientales, las resistencias al extractivismo y las nuevas discusiones teóricas sobre el estatus de lo social o lo humano.

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Publicado

2021-12-23

Cómo citar

Antagónica, R. (2021). Editorial. ANTAGÓNICA. Revista De investigación Y crítica Social - ISSN 2718-613X, 2(4), 3-6. Recuperado a partir de https://antagonica.org/index.php/revista/article/view/37